EVENTOS > 2013

ENCUENTRO PAISAJES CULTURALES EN PATAGONIA

Instituto de la Patagonia
ICOMOS
Universidad de Magallanes

Punta Arenas, 12 a 14 de septiembre 2013

www.umag.cl/paisajesculturales

Introducción

En las últimas décadas se han desarrollados varias iniciativas por retomar la activa colaboración y retroalimentación de investigaciones y publicaciones relativas al ámbito histórico, urbano, rural y patrimonial de la Patagonia Austral.

Estas comienzan en forma organizada desde el año 1984, con la creación de los primeros Congresos binacionales de Arquitectura en la Patagonia, hoy con el respaldo de instituciones de reconocida trayectoria en el ámbito de estudios en la zona como son la Universidad de la Patagonia Austral (UNPA) en Rio Gallegos, Argentina y el Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes (IDP-UMAG) en Punta Arenas, Chile.

En los últimos años, se ha retomado la posibilidad de generar un ámbito proclive a desarrollar iniciativas conjuntas de intercambio cultural y de investigación asociados a temas de interés regional.

Lo anterior fue abordado en una iniciativa conjunta de gran éxito, convocada por las entidades argentinas durante el invierno del presente año, organizando unas Jornadas de reflexión acerca de nuestro patrimonio cultural con el tema de “Paisajes Culturales”, tomando en consideración que esta denominación aún necesita más estudio, especialmente en la Patagonia Austral Chileno-Argentina, y que, por tratarse de una línea de desarrollo de amplio espectro hacia distintas disciplinas, logró enriquecer en forma importante el debate y nuevas líneas de desarrollo por explorar de manera conjunta.

En las Jornadas de Rio Gallegos realizadas los días 13, 14 y 15 de junio pasado, se presentaron un sinnúmero de ponencias de Chile y Argentina de variadas temáticas, charlas magistrales de disertantes especiales y posters, que permitieron generar un entorno apropiado entre especialistas del tema, que ofrecieron la posibilidad de intercambio y debate desde variados ángulos de desarrollo entre arqueólogos, antropólogos, arquitectos, sociólogos, historiadores entre otros, los que brindaron el marco apropiado al encuentro que logró despertar el interés de desarrollar investigación en el amplio marco de los Paisajes Culturales de la Patagonia

Entre los que se destacaron se pueden mencionar:

  • Identificación-Protección, Conservación, Difusión e Interpretación de Paisajes Culturales

  • Paisajes de la producción

  • Paisaje arqueológico

  • Paisajes asociativos

  • El papel de los organismos públicos y de las organizaciones no gubernamentales.

  • Enfoque multidisciplinario en la gestión de los paisajes culturales.

  • Legislación.

  • Patrimonio inmaterial - Turismo Cultural en sitios Patrimoniales.

Abierta esta posibilidad de generar investigación conjunta binacional de la Patagonia se ha presentado al Comité de Fronteras de ambas naciones sesionado en agosto pasado, una línea de investigación acerca de corredores culturales integrados, que al alero de los equipos derivados del encuentro “Paisajes Culturales de Rio Gallegos”, se intenta generar una línea de desarrollo de esta temática en el tiempo.

Paralelamente en el Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes, se ha avocado a integrar esta línea de estudios dentro del área histórica patrimonial del Centro de Estudios del Hombre Austral CEHA, con el propósito de potenciar y aunar los diferentes niveles de información sectorial especifica a través de un futuro sistema o centro de información geográfica patrimonial que integre los Paisajes Culturales de la Patagonia.

Para ello en una primera instancia buscará las líneas de financiamiento que permitan dar continuidad a esta gestión binacional ad portas de la celebración del V Centenario del descubrimiento del Estrecho de Magallanes.

Consistente con lo anterior, el Instituto de la Patagonia espera implementar en 2013 un post-título orientado a la Interpretación Patrimonial, en donde se espera ofrecer un set de conferencias y asignaturas relacionadas con gestión patrimonial, y en donde el público objetivo son guías de turismo, funcionarios públicos, y personas interesadas en este ámbito de gestión.

Identidad y Territorio

Cuando nos remitimos a la idea del espacio, usualmente lo hacemos desde una mirada instrumental, es decir, desde la perspectiva de un lugar físico que constituye un escenario en el que habitan personas, o bien, permite el desarrollo de actividades de diversa naturaleza.

En esta concepción habitual, el territorio suele tener una dimensión tangible, mensurable, o física, y ella nos refiere a la disponibilidad de recursos. Esta visión no constituye una perspectiva equivocada, pero ciertamente restringe la conceptualización del espacio como elemento vital, especialmente cuando se trata de desarrollar estrategias de planificación sobre el entorno.

Podríamos suponer, en un segundo nivel de análisis, que el territorio implica “lugares” o “sitios” con significados para sus habitantes, de tal manera, los espacios adquieren una dimensión simbólica para quienes construyen significados sobre el ambiente.

Planteado desde esta perspectiva, diremos que el “territorio” bien puede ser entendido como un “meta-concepto” instalado en la cabeza de las personas que conviven en un lugar, y que explica la aparición de elementos culturales asociados a los lugares. Entre ellos, el sentido de arraigo o pertenencia, el sentido de presente, y en especial, la proyección de futuro se vuelve relevante en una mirada más amplia.

La carga simbólica asociada a un lugar tiene diversas componentes y sobre ella confluyen elementos relacionados a la identidad de las personas y el colectivo, el sentido de comunidad, la perspectiva de bienestar o equilibrio, y explicaciones causales respecto de los hechos que constituyen parte de lo cotidiano.

Sean originarios de un lugar, o migrantes, los sujetos culturales “significan” en el territorio un conjunto de experiencias más o menos conceptualizadas, las cuales en forma dinámica, orientan y re-orientan la comprensión acerca de la realidad, del colectivo e incluso del individuo.

Por ello, podríamos suponer una “semántica” acerca del territorio. Es decir, un cúmulo de significados posibles respecto de los atributos que confluyen en el espacio, no sólo desde la perspectiva de lo tangible o físico, sino que además, desde la perspectiva que nos ofrece el mundo de las ideas.

Probablemente en las realidades en donde esta situación resulta más evidente es en culturas indígenas, las cuales categorizan de una manera diferente las variables que constituyen esta semántica, en lo que algunos especialistas han denominado la “domesticación del especio”.

En un contexto más cercano, las variables culturales referidas al territorio se expresan de mejor manera en ambientes de alta ruralidad, en donde la tradición, el aprendizaje, o el propio proceso de definición de la identidad local permiten entender de mejor manera lo expresado.

Como señalábamos en un comienzo, usualmente cuando se definen las miradas del territorio, suele aplicarse un enfoque relativo al “ordenamiento” del espacio en función de su uso o disponibilidad de recursos. No es habitual que el análisis se efectúe sobre las personas que habitan en un espacio, sus conceptos de sí mismos, su herencia e historia, y sobre su idea de futuro, la cual implica necesariamente la confluencia de intereses y expectativas.

Por ello, cuando hablamos de territorio, las preguntas a resolver no tienen que ver necesariamente con el uso de un área determinada, sino con conceptos ajenos al plano de lo físico. ¿Quienes somos? ¿Como queremos vivir? ¿Quienes queremos ser?

Identidad en Patagonia y Tierra del Fuego

En las últimas décadas se ha generado un gran interés en definir si existe una identidad Patagónica. Sin dudas, resulta difícil poder arribar a una respuesta categórica, dada la conformación histórica de la población de estos territorios y las dinámicas sociales ocurridas en los últimos 150 años.

A la interpretación superviviente de las culturas indígenas sobre el entorno, a fuerza de la historia debemos añadir la re-significación de los lugares y los nuevos sentidos generados por los primeros colonos occidentales, chilenos y europeos, quienes introducen elementos de sus propias tradiciones de origen en la construcción del nuevo imaginario en el área de Patagonia y Tierra del Fuego a partir de 1843, y en especial, luego de la consolidación de la colonia de Punta Arenas, en las postrimerías de la década de 1870.

Debido a la confluencia de tradiciones culturales diversas, y al carácter cosmopolita de las relaciones sociales en Patagonia, no es de sorprender que la relación entre el las personas y su entorno sea amplia en lo relativo a la construcción de imágenes culturales referidas al paisaje.

Este hecho se ha visto fortalecido por la bastedad y diversidad del espacio físico, que contrasta entre la geografía quebrada de los Canales de Patagonia Sud-Occidental y la Pampa asociada al paisaje andino oriental.

De la misma forma, la influencia de la navegación interoceánica que ofreció la posibilidad de que Punta Arenas, en particular, se transformara en un punto de significación relevante en términos geopolíticos y culturales, dado su carácter de puerta de acceso a la Patagonia para los migrantes de diverso origen.

A la diversidad física de los lugares, y a la riqueza de los paisajes en Patagonia, debemos añadir otro elemento significativo, cual es eje cardinal en la que parecen ocurrir las relaciones sociales. Los imaginarios en ambas vertientes andinas parecen ser comunes, debido que en la amplitud del territorio patagónico los procesos culturales obedecen a dinámicas homólogas, en muchos casos con raíces comunes.

No es de sorprender el vínculo cultural que existe entre los habitantes de Patagonia y Tierra del Fuego, más allá de las barreras aparentes de la nacionalidad, pues por razones históricas, los flujos sociales parecen seguir un eje cardinal este-oeste.

En este aspecto, ver el mundo desde el sur, desde la lejanía de los centros de decisión hace que la definición del sujeto cultural parta de los mismos principios. Aislamiento, insularidad, arraigo e indiferencia desde la metrópoli, son algunos de los atributos recurrentes en la construcción del discurso.

Por tal razón, la definición del sujeto cultural de Fuego-Patagonia, así como la significación de los paisajes sea de una amplitud tal, que ofrece una perspectiva caleidoscópica y un alto potencial de desarrollo de contenidos culturales en términos de relatos particulares o transversales, los cuales merecen ser explorados.

Los Paisajes Culturales en Chile y sus desafíos.

En la actualidad cada vez más las comunidades regionales reconocen y valoran la existencia de áreas geográficas donde la combinación histórica de aspectos naturales y culturales otorga al territorio una especial identidad y significación que las diferencian de otros lugares. Este cambio de percepción es algo nuevo, ya que lo tradicional era reconocer y realizar acciones de protección respecto de los ambientes naturales donde no hubiese evidencia de intervención o presencia humana, o bien proteger los bienes muebles o inmuebles a los que se les atribuyera algún valor histórico excepcional. Esta situación se observa en la legislación del patrimonio natural y cultural y en las instituciones y especialistas que trabajan en torno al tema, aunque existen rasgos que anticipan el concepto que hoy tenemos de Paisaje Cultural.

Desde hace casi un siglo existen en Chile dos sistemas paralelos de protección del patrimonio, que tienen fronteras que se traspasan mutuamente y cuyas bases conceptuales, legales e institucionales largamente establecidas hacen más difícil la creación de una categoría de protección que es percibida como difusa y transfronteriza por los dos sistemas. Ello, a pesar que ambos modelos protegen importantes ejemplos de Paisajes Culturales, generalmente sin reconocerlos formalmente como tales. Tal situación está cambiando en los últimos años en Chile y en Argentina, y aunque aún es difusa la posibilidad de establecer mecanismos legales de protección, se esboza una preocupación y la instalación de espacios de reflexión y discusión sobre el tema.

La gestión y el ordenamiento del territorio basados en el Paisaje tienen una larga tradición en otros países, especialmente en Europa. En América Latina y particularmente en Chile, no existe tal tradición por varios motivos. La densidad de población ha sido históricamente baja y la forma dominante de propiedad impuesta desde la época colonial fue el de haciendas extensas de propiedad particular, lo que significó una ruptura y la desaparición de las formas tradicionales en que las poblaciones locales se relacionaban con su entorno.

El rápido aumento de población durante el siglo XX llevó a una migración hacia la periferia de las ciudades y no a una intensificación del uso de la tierra y sus recursos que hiciera necesaria una regulación y formalización de derechos y obligaciones en relación a ella, como sucedió en Europa en los siglos precedentes y como está pasando en Chile y en Argentina actualmente.

Recién hacia finales del siglo XX, algunos grupos han empezado a cuestionar la validez del paradigma del desarrollo sin importar el costo para quienes resulten afectados y sin tener en cuenta la opinión de las comunidades locales.

El uso del territorio y el ordenamiento de estos usos requiere el reconocimiento de complejidades múltiples y de alcances muy diversos, y en este contexto la variable Paisaje puede constituir un elemento que enriquezca y otorgue otras facetas y miradas al momento de definir y legislar sobre el territorio, a la vez que le permite al ámbito cultural del Paisaje, incorporar aspectos cualitativos y cuantitativos que en muchas ocasiones no están considerados. Esta realidad es mucho más potente en regiones fronterizas que comparten similares procesos de ocupación, colonización y desarrollo rural formativo como la Patagonia chilena y argentina, o el altiplano compartido por Perú, Bolivia, Argentina y Chile.

Los gobiernos latinoamericanos han desarrollado políticas públicas para la ocupación de los “espacios vacíos”, pero nunca han definido prioridades y reglas para compatibilizar los diversos usos posibles del territorio más allá de las ciudades principales, salvo casos excepcionales y medidas de carácter general. Por ello ha sido difícil la aplicación en América Latina del concepto de Paisaje como elemento a partir del cual se conceptualiza, conserva y da sentido al uso del territorio. No obstante, en los últimos años varios países han dado muestras de avanzar en esta línea.

La categoría de Paisaje Cultural conlleva un nuevo diálogo académico provocando un mayor encuentro e intercambio entre profesionales de distintas disciplinas y permite incorporar a las comunidades locales, potenciando una mejor y más apropiada calidad de vida y otorgando sentimientos de pertenencia e identidad a diversos grupos humanos.

Sin embargo, hay que enfrentar problemas, como la definición de las áreas que tienen características que permiten identificarlas como un Paisaje Cultural particular y excepcional, como asimismo lo que dice relación con la gestión de los Paisajes en el sentido de su protección, planificación y administración, siendo el ordenamiento territorial y la participación de las comunidades, los ejes vitales de la conservación y desarrollo de estos vastos espacios del territorio.

Por otra parte, UNESCO ha abierto recientemente la discusión para ampliar el concepto, incluyendo los paisajes urbanos, pues hasta ahora, la categoría estaba circunscrita al ámbito rural o de la naturaleza.

Los Paisajes Culturales protegidos pueden ser una categoría de conservación que ocupa áreas reducidas o extensas espacialmente, incluyendo a las categorías de manejo previamente existentes o ser parte integrante de ellas. Sin embargo, su carácter productivo y objeto de intereses económicos y de explotación, muchas veces contradictorios, la convierten en una categoría compleja de administración, ya que carga una suma de conflictos históricos de toda naturaleza y alcances.

No obstante ello, esta dinámica de situaciones, le otorgan rasgos atractivos para avanzar en el diseño de soluciones tendientes a encontrar un modo de vida en armonía con su entorno. Si bien el carácter transdisciplinario le da a esta categoría de manejo un especial atractivo y utilidad, también dificulta su aceptación en los medios más apegados a definiciones tradicionales respecto de los límites entre disciplinas científicas.

Más difícil es la situación en el ámbito legal y práctico del manejo y la gestión. Esta es una discusión que deberá darse para el logro de objetivos de mayor complejidad y alcances de mayor amplitud tanto social, económica, cultural y otras.

Dependiendo de la disciplina y la corriente teórica de cada profesional el concepto de Paisaje tiene diversas interpretaciones. Originalmente el concepto es usado tanto por los historiadores y geógrafos alemanes y franceses del siglo XIX, el cual fue más elaborado después por los geógrafos norteamericanos, popularizando el concepto el geógrafo Carl Sauer en 1925 a través de su artículo “La Morfología del Paisaje”1, siendo este científico uno de los precursores de la escuela de la geografía cultural a través de su trabajo en la Universidad de California en Berkeley.

El concepto tiene sus diferencias si lo analizamos desde las ciencias sociales, naturales o desde el arte y la arquitectura. Pero de cualquier modo, en todos estos matices hay una matriz común relacionada con una percepción espacial del entorno natural que ocupamos para vivir, de cómo lo intervenimos y de cómo se transforma en memoria individual y colectiva.

Es así como este concepto ha sido aplicado a lugares como las terrazas de cultivo de arroz de Filipinas o a los viñedos del Tokaj en Hungría, pero también puede ser utilizado para las estancias de Patagonia o para la pampa salitrera del norte de Chile con sus antiguos campamentos mineros. Al respecto, el libro del historiador inglés SimonSchama (1995) “Landscape and Memory”2 proporciona un comprensivo estudio del concepto para distintas épocas y también por las diferentes disciplinas, destacando la memoria como un elemento integrador y generador del paisaje en lo espacial y temporal para una comunidad.

Teniendo presente que existen diversas acepciones del término Paisaje, este proyecto tendrá como base la definición acordada por el Comité del Patrimonio Mundial de UNESCO que tiene como fundamento la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, de 1972, la cual define los Paisajes Culturales como aquellos lugares

“…que combinan el trabajo de la naturaleza y el hombre … ilustrativos de la evolución de la sociedad humana y del uso del espacio a lo largo del tiempo, bajo la influencia de limitaciones físicas y/o oportunidades presentadas por el medio ambiente natural y de sucesivas fuerzas sociales, económicas y culturales, tanto externas como internas. Los paisajes culturales deben ser seleccionados con base tanto a su valor universal sobresaliente como a su representatividad en términos de una región geo-cultural claramente definida y también por su capacidad de ilustrar los elementos culturales esenciales y distintivos de tales regiones”.

Estudios comparativos al respecto pueden encontrarse para Mesoamérica y el área Andina (Mujica, E. 2000:24).3

El concepto de Paisaje Cultural tal como lo definió UNESCO, se presta para ser aplicado a lugares donde se combinan la acción de los seres humanos en un medio natural que con el tiempo ha adquirido una particular fisonomía que lo identifica y diferencia de otros espacios territoriales. En el contexto del patrimonio mundial cautelado por UNESCO, la categoría de paisaje cultural fue recientemente incorporada y concita mucho interés, a pesar de sus dificultades de protección, debido a que se aplica a territorios o áreas que tienen diversas actividades económicas o lugares que están presionados por la expansión urbana u otras actividades industriales o económicas rurales.

Si bien la concepción de UNESCO se refería a paisajes de valor excepcional universal, la misma idea puede aplicarse también a espacios relevantes, pero que son importantes a nivel local o nacional, realizando las lógicas adecuaciones del término “valor universal excepcional” por los que corresponda en cada caso, reuniendo el caso de la Patagonia Chilena y Argentina tanto el valor excepcional universal como local digno de ser relevado, más aún si la regiones que comparten son fronterizas, otorgando un argumento más de integración y desarrollo en paz, manteniendo las particularidades propias de cada cual.

La Guía Operativa de la Convención de Patrimonio Mundial modificada en 1998 define tres categorías de Paisajes Culturales:

1. Paisajes Diseñados y creados intencionalmente por el hombre como los parques y jardines, entendidos estos, como lugares urbanos o rurales, creados con fines ornamentales, de recreación o científicos sea al interior de las ciudades o como parte integrante de palacios, estancias, haciendas u otras ocupaciones rurales.

2. Paisajes Orgánicos o Evolutivos, que a su vez incluyen a) Paisajes Relictos, que comprenden lugares o áreas ya abandonadas, quedando solo los vestigios de las actividades allí realizadas; b) Paisajes Continuos en el tiempo, que son aquellos que desde la antigüedad se vienen utilizando pero que denotan una evolución, sea en técnicas o en productos, como por ejemplo las terrazas de cultivo o andenes de los Andes Centrales

3 Paisajes Asociativos que están constituidos por elementos naturales asociados a creencias, arte o la creación cultural, como lo son ciertas montañas o bosques sagrados. 4

Los métodos de clasificación de paisaje usados por geógrafos o ecólogos cubren normalmente la totalidad del territorio analizado y consisten en la aplicación de ciertos criterios vinculados a características biológicas, geomorfológicas o socioeconómicas cuya estandarización es relativamente fácil, por cuanto no existe mucha posibilidad de discrepancia entre observaciones, si las formas de medición están establecidas con claridad en un protocolo de trabajo.

Por otra parte, la Convención del Patrimonio Mundial se refiere a espacios cuyo número es reducido (muchos países no tendrán ninguno y donde los hay son pocos) y que ocupan una proporción muy pequeña de un país o región. Por su carácter excepcional su identificación es objeto de un tratamiento caso a caso (Listas Tentativas), en el marco de una aproximación por consenso entre expertos.

La tarea de identificación de los Paisajes Culturales de interés nacional o sub-nacional se encuentra en un lugar intermedio entre esos dos casos extremos. Los Paisajes Culturales definidos representarán una superficie apreciable, pero claramente no cubrirán sino una fracción del total del territorio analizado, no pudiendo aplicarse clasificaciones automáticas, pues categorizar la significación de las interacciones entre los seres humanos y el ambiente que los sustenta, requiere métodos que permitan incluir tanto las percepciones de las comunidades involucradas como de los especialistas, pudiendo generarse a menudo ciertas discrepancias en la visión de los diferentes actores.

Desde el punto de vista legal, no existe en Chile un cuerpo legal que aglutine y defina el concepto de Paisaje, salvo la Convención de Patrimonio Mundial, que es Ley de la República de Chile desde 1980 y que recién en 1995 se comienza a implementar con la declaración del Parque Nacional Rapa Nui de Isla de Pascua como primer bien inscrito de Chile en la Lista de Patrimonio Mundial de UNESCO. Argentina comparte la misma legislación internacional y ha sido también muy activa en la declaración de sitios del patrimonio mundial incluso en la Patagonia.

Sin embargo, existen diversas disposiciones legales vigentes hasta la fecha que se refieren a lo paisajístico directa o indirectamente, tales como la Ley de Monumentos Nacionales de 1970, la Ley de Bosques de 1925, la Ley de Reforma Agraria de 1962, la Ley que oficializa la existencia del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas de 1984, la Ley General de Urbanismo y Construcciones de 1976 y su última modificación del 2008, la Ley de Pueblos Indígenas de 1993, la Ley de Bases del Medio Ambiente de 1994 y su modificación de 2010 y diversos Decretos Supremos que han creado Áreas de Protección Turística.

Sin embargo, la realidad es que no ha existido una visión integral y una disposición para legislar al respecto, reconociéndose que por el momento es una categoría de difícil aplicación y gestión, aunque se avanza en ello con la modificación de varia leyes y con el concepto de ordenamiento territorial que varias regiones están poniendo en marcha. Pero en lo concreto hay una gran dispersión de normas legales que se relacionan tangencialmente con el concepto de Paisaje Cultural, la superposición y confusión entre ellas, además de existir diversos organismos públicos que tienen su tuición y que generalmente no logran una adecuada coordinación en la gestión y fiscalización. Algo similar ocurre en Argentina.

En el marco de los Parques Nacionales el concepto de Paisaje encontró cabida desde los años 20 del siglo pasado, aunque la esencia de los parques nacionales era la preservación de ambientes prístinos. Sin embargo la Convención de Washington de 1940, suscrita por Chile, incorporó una idea inclusiva a través del concepto de bellezas escénicas, el cual se refuerza en una Recomendación sobre la materia de UNESCO de 1962

En la actualidad, existen poco más de 100 áreas silvestres protegidas en Chile que comprenden el 20% de la superficie continental del país, organizadas en parques nacionales, reservas nacionales y monumentos naturales, y en cada una de estas tres categorías de manejo hay Paisajes Culturales de acuerdo a la definición de la UNESCO. En los informes técnicos y decretos legales de creación de estas áreas protegidas y en los planes de manejo de ellas, se reconoce la existencia de estos Paisajes Culturales y de distintas formas tradicionales de uso de los recursos naturales e incluso de asentamientos humanos, tanto de campesinos, pastores como de indígenas.

Algo similar ocurre cuando analizamos los Monumentos Nacionales. Si bien esta legislación data de 1925, en 1970 fue reformulada, época en la cual se incorpora el concepto de Zona Típica o Pintoresca, pero asociado a edificaciones, agrupaciones de éstas y su entorno inmediato. Sin embargo en la década de los 90 se va incorporando el concepto Paisaje en algunas de las declaraciones de Monumentos Nacionales. Existen hasta ahora en Chile, alrededor de unos 1000 decretos que protegen bienes inmuebles o muebles o conjuntos de estos a través de sitios o áreas de diversa extensión, sea como Monumento Arqueológico, Monumento Histórico, Zona Típica o Santuario de la Naturaleza, las cuales incluyen importantes paisajes culturales.

En los años siguientes a 1994, diversas reuniones internacionales fueron precisando el concepto de Paisaje Cultural hasta incorporar definiciones y tipos de Paisajes en la Guía Operativa de la Convención, como las reuniones que tuvieron lugar para Centro América y para la Región de Los Andes5. En la Lista de Patrimonio Mundial se fueron incluyendo así Paisajes Culturales de valor excepcional universal, con las condicionantes de autenticidad e integridad establecidos por el Comité de Patrimonio Mundial de UNESCO, los cuales estaban relacionados principalmente con distintas formas de uso de la tierra: arrozales, viñedos, cafetales, campos de pastoreo, parques y jardines históricos, formas de uso del agua y montañas sagradas, entre otras

Recién a mediados de los años 90, Chile se incorpora activamente a la Convención y se logra en 1995 declarar como Sitio del Patrimonio Mundial, el Parque Nacional Rapa Nui y hasta el presente se han inscrito además 16 iglesias de Chiloé, un sector de la ciudad puerto de Valparaíso, las oficinas salitreras de Humberstone y Santa Laura y la ciudad minera de Sewell, las cuales representan paisajes culturales rurales y urbanos.

En este contexto la definición de UNESCO ha permitido tener una referencia legal internacional que gradualmente va siendo más comprendida, compartida y utilizada como fundamento para la protección de determinadas áreas, y que gracias a los diversos instrumentos legales existentes se ha podido proteger en forma bastante efectiva diversos Paisajes Culturales que están incluidos en parques nacionales, reservas nacionales, monumentos naturales y monumentos nacionales, ya sea que estos últimos se manifiesten en sus variantes de monumento histórico, zona típica o santuario de la naturaleza.

Sin embargo falta una política coherente al respecto, con respaldo institucional y mayor colaboración y acuerdos entre las diversas entidades públicas y privadas, más aún cuando se trata de paisajes culturales transfronterizos, como es el caso de Patagonia.

A lo largo de un siglo se ha perfeccionado una política y una doctrina de protección de espacios naturales, que ha tenido como parte fundamental el desarrollo y adopción de sistemas de clasificación de especies y ambientes. Ello ha permitido priorizar las acciones de conservación y medir los avances y las amenazas. Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con los espacios que evidencian manifestaciones culturales, a menos que coincidan con lugares de especial valor natural. En este sentido se hace necesario y urgente inventariar y clasificar los Paisajes Culturales de Chile, diseñar políticas públicas al respecto, establecer marcos legales e institucionales y elaborar los respectivos planes de manejo o gestión estableciendo todas las asociaciones necesarias para ello tanto en el sector público como en el privado.

En un país, cuyo territorio americano se extiende por más de cuatro mil kilómetros de norte a sur, desde latitudes intertropicales hasta el Cabo de Hornos a 1.200 km de la Antártica, en que la variación de precipitaciones va desde menos de un milímetro por año en el desierto de Atacama hasta más de 5.000 en la Patagonia Occidental y en que las altitudes van desde el nivel del mar hasta cerca de siete mil metros en las cumbres más altas de Los Andes, encontramos la más amplia variedad de escenarios naturales, frente a los cuales la población humana ha dado también múltiples respuestas y ha dado origen a una variedad de Paisajes Culturales.


Los avances y cambios tecnológicos, el aumento de la población y el crecimiento de la actividad económica van cambiando gradualmente la forma de uso de la tierra y por ende también la de los Paisajes Culturales. Ello da origen a la necesidad de diseñar formas de asegurar la perpetuación en el tiempo de aquellos Paisajes de valor excepcional que tiendan a desaparecer a causa de los cambios sociales y económicos.


Estamos frente a una nueva categoría de protección de nuestro entorno, por cierto muy compleja, pero que incorpora pasado y presente, memoria y respeto a la diversidad, que busca lograr la conservación de nuestros espacios de vida, pero permite el desarrollo y da las bases para construir con integralidad un patrimonio para el futuro. Magallanes y Santa Cruz en la Patagonia pueden dar un gran ejemplo en ello.

Encuentro Paisajes Culturales de Patagonia

En el contexto de la generación de conocimiento y transmisión de aprendizajes, resulta fundamental abrir espacios para la discusión de conceptos y experiencias relativas a paisajes culturales.

Este tipo de encuentros, de los que se han venido desarrollando desde 2010 en Fuego Patagonia, han significado un lugar de interacción y contacto entre especialistas de Chile y Argentina en experiencias de análisis, manejo y protección de lugares de significación cultural, no sólo en el ámbito de interés geográfico de América Austral, sino también, han incluido el aprendizaje de experiencias de otros zonas geográficas y culturales.

La Universidad de Magallanes, a través del Instituto de la Patagonia, ha sido contraparte de la organización de dos de los encuentros efectuados hasta el presente en Río Gallegos, siendo el último el efectuado en 2012.

En ellos, se ha contado con la presencia de destacados especialistas en el ámbito de Paisajes Culturales quienes han ofrecido amplias perspectivas en cuanto al desarrollo de investigaciones y experiencias en este ámbito.

Tanto ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) como la UNPA (Universidad Nacional de Patagonia Austral – Argentina) han sido instituciones precursoras de este tipo de encuentros en donde se ha sometido a análisis teórico y práctico el concepto de paisaje cultural y sus aplicaciones en la construcción de medidas de administración, protección y manejo de lugares culturalmente significativos.

El presente proyecto tiene como propósito la realización del “Encuentro Paisajes Culturales en Patagonia” a realizarse en la ciudad de Punta Arenas, durante 2013.

Este encuentro tiene directa relación con las acciones que actualmente el Instituto de la Patagonia realiza en materia de investigación y sistematización en diversas áreas de interés patrimonial, tanto en el desarrollo de investigaciones en arqueología, antropología e historia, así como en el enfoque que han adoptado algunas de sus unidades específicas como el Centro de Estudios del Hombre Austral y el recientemente creado programa Pueblos Originarios y su Evolución en Magallanes.

Además, se relaciona directamente con la iniciativa del Instituto, tendiente a crear un diplomado en interpretación patrimonial, destinada a ofrecer conocimientos actualizados a los alumnos que deseen cursar este post-título.

Lo que se espera desarrollar es un encuentro del tipo de seminario, en el que puedan ser expuestas diversas ponencias relativas a Paisajes Culturales en Patagonia por parte de especialistas, las cuales permitirán generar una base de discusión e intercambio de experiencias, así como, ofrecer perspectivas de aplicación práctica respecto a lugares o sitios que puedan ser considerados en esta categoría.

Hay dos aspectos significativos que marcan este encuentro en Patagonia.

  • La proximidad del quinto aniversario del descubrimiento del Estrecho de Magallanes, hito que ha despertado algunas ideas iniciales en términos de conmemoración.

  • El carácter binacional de esta iniciativa, la cual se entiende como una acción de continuidad de los encuentros previamente efectuados en Río Gallegos.

Una vez conseguidos lo apoyos financieros, se ha conformado un equipo ejecutivo, el cual está compuesto por académicos del Instituto de la Patagonia (Universidad de Magallanes), Universidad Nacional de Patagonia Austral (UNPA) y un representante del Consejo de la Cultura y las Artes de Magallanes y Antártica Chilena.

Este equipo se encarga de las materias relativas a la planificación del encuentro en Punta Arenas, y la definición de aspectos operativos para su óptimo desarrollo.

El equipo ejecutivo, definirá a su vez, a un equipo editorial, el cual se hará cargo de la evaluación de las ponencias que sean presentadas a selección. De ellas, se elegirá un número de seis presentaciones por cada eje temático, las cuales serán presentadas en el encuentro Paisajes Culturales en Patagonia.

El equipo encargado de la organización del Encuentro Paisajes Culturales ha propuesto la discusión de 4 ejes temáticos:

• Patrimonio y Legislación

• Patrimonio y Pueblos Originarios

• Interpretación y Patrimonio Cultural

• Patrimonio Arquitectónico

Cada jornada se abrirá con una Exposición previamente definida, en la cual se aborde algún aspecto, general o específico, relacionado con el eje de trabajo a desarrollar durante el resto de la jornada, luego de lo cual, se efectuará la presentación de las ponencias (6), para finalizar cada jornada con un foro abierto.

La tercera y última jornada de seminario, se considera un trabajo de plenaria/taller con los concurrentes, en los cuales se abra la discusión respecto de los siguientes ejes:

  1. Amenazas y Protección de Paisajes Culturales en Patagonia

  2. 500 años del Descubrimiento del Estrecho de Magallanes

  3. Paisajes culturales e integración

Para este encuentro se cursarán invitaciones especiales a investigadores y autoridades relacionadas con materias patrimoniales, considerándose en estas invitaciones a diversas universidades y centros de estudios que deseen participar.

Sin perjuicio de lo anterior, y dado el interés potencial en materias relativas a Paisajes Culturales, se ha considerado que la asistencia será pública y gratuita, otorgándose una certificación (Diploma) de reconocimiento a los concurrentes de acuerdo a su tipo de participación.

Finalmente, se considera una visita a algún sitio de valor patrimonial próximo a Punta Arenas, en donde se pueda conocer de primera mano el desarrollo a una o más acciones de promoción y resguardo de Paisajes Culturales. Esta visita ha sido planificada especialmente para los expositores que participen desde otras regiones del país o de Argentina.

Objetivos

Objetivo General:

  1. Generar un espacio de encuentro y discusión acerca de Paisajes Culturales en Patagonia, en el que especialistas y público en general, puedan compartir ideas y experiencias relativas a esta materia de interés.

Objetivos específicos:

  1. Compartir conocimientos y experiencias en cuanto a paisajes culturales entre especialistas, investigadores y público no especializado, en materias relacionadas a los atributos físicos de los paisajes culturales y su importancia en la construcción y fortalecimiento de la identidad y cultura.

  1. Promover la comprensión y valoración de la diversidad en la construcción de Paisajes Culturales como parte de la riqueza de Patagonia y Tierra del Fuego.

  1. Proponer opciones de protección, resguardo y promoción relativas a los Paisajes Culturales, en consideración a las amenazas y posibilidades de desarrollo que estos ofrecen, que incluyen tanto la perspectiva particular como binacional.

  1. Discutir y promover acciones tendientes a la celebración de los 500 años del descubrimiento de Patagonia y del Estrecho de Magallanes como un hito de carácter mundial.

Presentación de Ponencias

Para los interesado en presentar trabajos se requiere el envío de un resumen, incluyendo título de la ponencia, autor(es), afiliación(es) institucional(es) y cuerpo del resumen (máximo 250 palabras).

No se incluyen en este cuerpo referencias bibliográficas. La fuente requerida y su tamaño para todo el resumen es Calibri 12. El título de la ponencia debe estar en negrita.

En caso de más de un autor, se requiere subrayar el autor para correspondencia. Los Resúmenes deben ser dirigidos en formato digital al Coordinador del encuentro, Antropólogo Sr. Nelson Aguilera, al siguiente correo electrónico: nelson.aguilera@umag.cl., o bien a paisajes.culturales@umag.cl.

La fecha límite para la presentación de las ponencias vence el día 20 de Agosto de 2013, para ser remitidas al Comité Editorial conformado a instancias del Encuentro Paisajes Culturales.


Bibliografía

  1. Arias, María de las Nieves y Bozzano, Jorge (1999): Paisajes Culturales. Un enfoque para la salvaguardia del Patrimonio. CICOP y UNESCO, Buenos Aires, Argentina.

  1. Mujica, Elías. (2000): Paisajes culturales en el contexto de América Latina y el Caribe: conceptos, tipologías, casos, implicancias y retos. Paisajes Culturales en Mesoamérica. UNESCO. México.

  1. Mujica, Elías (Editor) (2002): Paisajes Culturales en los Andes. UNESCO, Lima, Perú.

  1. UNESCO (2003): Cultural Landscapes: the challenges of conservation. World Heritage Series 7, UNESCO, París, Francia.

  1. UNESCO (2011): Guía Operativa de la Convención del Patrimonio Mundial. En: http://whc.unesco.org/.

  1. Sauer, Carl O. (1925): The morphology of landscape. University of California, Publications in Geography 2:19-54.

  1. Schama, Simon. (1995): Landscape and Memory. Vintage Books. New York, Estados Unidos.

1 Sauer, Carl O. 1925.  The morphology of landscape.University of California Publications, in Geography 2: 19-54. En este artículo Sauer define el paisaje como un área compuesta por una asociación distintiva de formas, tanto físicas como culturales. En este trabajo analiza los componentes y formación de los paisajes naturales y culturales.


2VerSchama, Simon (1995): Landscape and Memory. Vintage Books, New York, 652 p.


3 Ver el artículo de Elías Mujica “Paisajes culturales en el contexto de América Latina y el Caribe: conceptos, tipologías, casos, implicancias y retos”, publicado en Paisajes Culturales en Mesoamérica (2.000)) editado por UNESCO.


4 Ver la Guía Operativa de la Convención del Patrimonio Mundial en el sitio web: http://whc.unesco.org/.


5 Ver Paisajes Culturales en Mesoamérica. Reunión de expertos. Memoria del 27 al 30 de septiembre de 2000. Editado por UNESCO, San José de Costa Rica (2002) 202 páginas; Paisajes culturales en Los Andes. Memoria narrativa, casos de estudios, conclusiones y recomendaciones de la reunión de expertos. Perú, mayo de 1998, 244 p., editado por Elías Mujica (2.002) y publicado por UNESCO; Paisajes Culturales: un enfoque para la salvaguarda del patrimonio (1999) publicada por CICOP y UNESCO en Buenos Aires, Argentina. Una evaluación a nivel mundial se puede ver en la publicación del Centro del Patrimonio Mundial Cultural Landscapes: thechallenges of conservación (2003) publicada en WorldHeritage Series Nº7.



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